Se apagó la voz de Gabriel Muñoz López, el ‘locutor fantasma’

La primera vez que el periodista y locutor Radial Gabriel Muñoz López se sentó frente a un micrófono, cuando apenas despuntaban sus veinte años, no dijo su nombre sino que se autodenominó “el locutor fantasma”. Este apelativo hizo carrera luego a lo largo de su prolífica carrera radial.

“Hablo de 1945 a 1946. Fui y me presenté al programa de aficionados de la emisora Electra. Ahí narré Boca Junior de la ciudad de Cali y el Once Deportivo, que era la moda entonces, y gané 10 pesos. Por respeto a mi papá, no me identifiqué como Gabriel Muñoz López, sino como el ‘locutor fantasma’”, contó el periodista en alguna oportunidad a través de los micrófonos de la que fuera su casa, la cadena Caracol.

La voz pausada, profunda y elegante de esta leyenda de la radio deportiva y musical se apagó el pasado jueves, a los 92 años, rodeado de su familia en su residencia de Bogotá.

Su hija Adriana Muñoz contó ayer a Caracol Radio, que su padre pasó sus últimos momentos viendo partidos de fútbol, tenis, oyendo su música y escuchando su emisora.

“Para mi padre, la radio y la música eran su pasión y hacía parte de su ADN como ser humano. Fue muy duro cuando se tuvo que retirar, pero Dios también le dio la sabiduría para saber cuál era el momento oportuno por los quebrantos de salud que empezó a tener, para hacerse a un lado y dedicarse a cuidarse a sí mismo”, contó su hija.

Muñoz López había nacido en Manizales (Caldas), el 24 de febrero de 1927, y muy temprano, cuando se acercaba a los 20 años, su pasión por la radio lo llevó a enfrentarse a un micrófono.

Luego de esa primera experiencia como ‘locutor fantasma’, Muñoz hace su debut oficial en la radio, a finales de 1949, con la narración de un partido de fútbolentre Millonarios y el Cúcuta Deportivo.

El deporte, su gran pasión, lo supo combinar de manera sabia con la música, a través de su famosos programa ‘Así canta Colombia’, que se inventó en 1954,en La Voz de Colombia de Medellín.

López se enorgullecía de relatar la famosa anécdota cuando le tocó recibir en Panamá a Pedro Infante, el ídolo mexicano del cine y la canción, cuando visitó por primera vez Colombia.

“Ocupamos las mismas sillas contiguas en el avión, en el Súper Constellation, y había la orden de que cuando el avión entrara por Urabá, a desembocar en Medellín, al aeropuerto Olaya Herrera, hiciéramos una trasmisión de cinco o diez minutos por el micrófono del avión. Y Pedro Infante saludó y cantó dos o tres canciones, y el mariachi se levantó y lo acompañó. Eso fue la locura”, recordó Muñoz, cuando Caracol Radio le rindió un sentido homenaje, hace pocos años.

Uno de sus compañeros de trabajo, el periodista Jorge Eliécer Campuzano, también destacó la caballerosidad y el profesionalismo de Muñoz López, desde cuando lo conoció en 1965, en una vuelta a Colombia.

“Era una persona supremamente simpática y una persona de muchas historias. Su narración era muy argentina porque oía mucho la radio argentina y su estilo era parsimonioso, muy agradable para la época”, dijo Campuzano a la cadena radial.

Otra de los inolvidables momentos de la carrera de Muñoz López ocurrió en el Mundial de Fútbol de Chile de 1962, cuando Colombia empató con cuatro goles con la Unión Soviética.

“Gabriel está narrando el partido y en su compañía estaba Humberto Jaimes Cañarete, el editor deportivo del EL TIEMPO, viene el gol Olímpico y había una confusión total porque eso nunca había sucedido, y se oye la voz del editor de EL TIEMPO que dice: ‘gol olímpico’. Entonces Gabriel cambia la narración y empieza a repetir ‘gol olímpico’. Es el único gol olímpico que se ha hecho en un campeonato mundial y lo hizo Marco Coll. Ese gol olímpico fue lo máximo para él. Además se especializó en hacer un gol diferente al gol que hacía en su momento el gran maestro de todos, que fue Carlos Arturo Rueda”, cuenta Campuzano.

Anota que Muñoz nunca dejaba nada a la improvisación, como también lo corroboró su hija Adriana.

“Él tenía su máquina de escribir y hasta el último momento libreteaba todo lo que hacía en la radio. Tengo el recuerdo, desde que era niña, del sonido de la máquina de escribir haciendo sus libretos impecables, con papel carbón; uno para él y uno para el técnico de sonido, para que todo saliera como a él le gustaba, impecable”, contó su hija a la cadena radial.

Por fortuna, en febrero de 2014, cuando se celebró el Día Mundial de la Radio, días antes de su cumpleaños número 87, Muñoz tuvo la fortuna de recibir en vida el gran homenaje de sus compañeros de Caracol.

“Quiero que me recuerden como una buena personas, buen compañero, buen profesional y una persona que siempre amó y respetó su carrera profesional en la radio, en la televisión y aún en la misma prensa. Me siento ufano, orgulloso de esto que hemos hecho tan grande. Fíjense, otra vez me siento joven en este instante y a todos un abrazo grande. ¡Suerte y éxitos!”, concluyó con su hermosa e inolvidable voz Muñoz López.